Autor: Enrique la Roca
No conozco trabajo más desagradecido que los del
hogar y el ‘trading’. El beneficio puede esfumarse en cualquier momento y
vuelta a empezar.
En el ‘trading’ lo principal es no perder, y
ganar después, valorando tanto el coste de oportunidad como las
comisiones. Antes de empezar a operar en real, debemos pasar un
aprendizaje haciendo pruebas en papel. Una vez conseguidos resultados
positivos durante una buena temporada nos podemos plantear dedicarnos a
esto teniendo presente que el 90% fracasa y que la realidad no es
diferente de la teoría. Esto sí que es retorno absoluto. Nadie ha sido despedido en Wall Street por recomendar IBM, salvo los ‘traders'..
La
principal herramienta, pero no suficiente, es el análisis técnico. El
‘trader’ debe ser una especie de evaluador que siempre esté comparando
riesgo con recompensa.
Si alguno de ustedes quiere dedicarse a esto les recomiendo el libro de Elder Vivir del Trading ,el de Oscar C.Cagigas (único español que yo recuerde que ha publicado en la revista Stock&Comodities )Trading con sistemas automáticos (cuya lectura es imprescindible) y echar un vistazo a la a librería hispafinanzas.com .
¿Cómo hacer ‘trading’?
Decidamos
si somos un ‘trader’ discrecional, (lo cual es agotador
sicológicamente, ya que no puedes evaluar previamente los resultados de
tu estrategia, pero te puedes adaptar mejor a las circunstancias del
mercado) o sistemático (aquí elijamos entre ser tendencial o
contratendencial)
‘Trader’ sistemático
¿Qué es un sistema?
Un
sistema de ‘trading’ es un conjunto de reglas que definen de manera
inequívoca la forma de operar. Solo existe si está escrito, sin ningun
tipo de ambigüedad. Las reglas deben ser coherentes entre sí, claras,
de forma que operado por otro ‘trader’ dé los mismos resultados. Hay
que diseñarlo en papel antes que programarlo y comprobar su operatoria
manual con la automática.
Ventajas e inconvenientes
Dependiendo de nuestra personalidad puede que nos interese operar un sistema 100% automático con los siguientes beneficios:
· No es emocional.
·
Es 100% objetivo y no se presta a interpretación. Una señal de compra
es siempre una señal de compra, da igual que sepamos que mañana se va a
publicar un dato relevante del mercado o que pensemos que la señal no
va a dar buen resultado.
· Es mejor si tiene pocas reglas. El
inversor no tiene la sensación de que hay algo que desconoce que le
puede influir en las operaciones. Es “medible”, permitiéndonos estar
preparados psicológicamente para los periodos difíciles, ya que
disponemos de la simulación permitiendo implementar estrategias de
gestión de capital para mejorar los resultados.
Inconvenientes:
·
Cualquier evento inesperado en los mercados suele aumentar la
volatilidad de estos. Evidentemente, esto no siempre se cumple y con
frecuencia cuando el mercado reacciona con fuerza muchos sistemas
(especialmente, aquellos diseñados para un entorno poco volátil) generan
pérdidas.
· Cuando un sistema entra en una racha de pérdidas o
‘drawdown’, el inversor pierde la fe y deja de operar, empieza a pensar
que no tomaría esta señal y que en su lugar operaría de otra forma.
· Los sistemas no funcionan de por vida. ¿Quién puede operar un sistema que produce pérdidas durante dos años o más? Diseñar sistemas es una tarea que nunca termina.
·
Un sistema requiere tomar todas las señales. Supongamos que operamos
un sistema seguidor de tendencias con un 35% de aciertos (bastante
típico). Eso quiere decir que el 65% de nuestras operaciones resultarán
en pérdidas. Una minoría de operaciones generarán suficiente
rentabilidad como para compensar la mayoría de las pérdidas. Si nos
vamos de vacaciones y no operamos y resulta ser de las ganadoras,
entonces habremos arruinado el sistema.
Requisitos de los sistemas
El sistema debe ser rentable en datos históricos (condición necesaria, pero no suficiente).
El
método científico nos dice que debemos asumir que nuestro sistema no
genera beneficios. Si somos capaces de demostrar que esta afirmación es
falsa con un cierto grado de confianza, entonces estaremos ante un
sistema rentable. Para ello, se asume que el sistema tiene una ganancia
promedio nula y si las pruebas indican que no es cierto, que a un
determinado grado de confianza (comúnmente el 95%) la ganancia promedio
es superior a cero, entonces podemos afirmar de forma matemática
(estadística) que tenemos un sistema ganador.
Es conveniente
que el sistema entre por los ojos y sea fácilmente comprensible. Uno
con pocas reglas simples y bien definidas, nos puede ayudar y podremos
supervisar su correcto funcionamiento.
Tipos de sistemas automáticos.
·
Sistemas tendenciales. Buscan explotar una tendencia en el intervalo
temporal de elección. Hasta que encuentran la tendencia hacen varios
intentos, así que suelen tener un porcentaje de aciertos bastante bajo,
en el entorno del 40%. No obstante, cuando aciertan ganan mucho más de
lo que pierden (comúnmente el triple o ratio 3:1).
· Sistemas antitendencia. Compran cuando el mercado ha caído y abren posiciones cortas tras subidas. Ideal en mercados laterales.
· Sistemas de rotura. Compran cuando el mercado supera un determinado nivel o figura técnica.
· Sistemas de volatilidad.
Se basan en la superación intradiaria de un determinado nivel buscando
el comienzo de una tendencia. Estos sistemas operan mucho pero
generalmente son muy rentables. Tienen un porcentaje de aciertos que
puede estar entre el 50-60%.
· Sistemas basados en ciclos.
Explotan la existencia de ciclos, de en base a determinadas fechas
(‘sell in may’), los sistemas para futuros de agricultura (soja, maíz,
algodón, etc).
· Sistemas de predicción. Utilizan las
técnicas más avanzadas para anticipar la evolución del precio. Un buen
ejemplo son los sistemas basados en redes neuronales que aprenden y se
entrenan con los datos históricos hasta conseguir una predicción lo más
fiable posible de la próxima evolución del mercado. Otros se basan en la
autoregresión con medias móviles (ARIMA).
No hay comentarios:
Publicar un comentario